jueves, 22 de marzo de 2007

Se me ha jodido la tapa del vídeo.


Sí, así es. La tapa por donde se meten las cintas en mi vídeo ha sido arrancada de cuajo cuando procedía a insertar una.


Y se preguntarán, queridos lectores, ¿por qué sigue usted usando el vídeo, cuando existe el DVD y muchos mejores adelantos? La respuesta se resume en unas pocas palabras: me sobran las cintas.
¿Es que acaso alguno de ustedes no tiene la casa llena de cintas de vídeo inservibles que hace una media de 7 años que no visualiza? Además, las cintas de vídeo se pueden grabar una y otra vez, aunque sean originales, son como los disquettes. Con esto no pretendo hacer apología del VHS, es más, lo odio; pero me veo obligado a seguir alojándolo en mi casa, cual inquilino perenne.






Al igual que mucha gente mal-llama al DVD "Digital Video Disc" (es Digital Versatile Disc), el VHS también sufrió este atentado. El acrónimo responde a las palabras Vertical Helical Scan, y no a Video Home System, como hemos podido creer.


Continuando con este tipo de analogías, igual que ahora hay una pugna entre los formatos HD-DVD y Blu-Ray, el VHS tuvo que sufrir grandes batallas contra el Betamax de Sony. Finalmente triunfó el VHS por su mayor capacidad de grabación.


Se pasó del magnetismo a la óptica, de la cassete de vídeo al disco compacto, pero, estimados lectores, creo y espero que posean un lugar privilegiado para el que fue rey de la casa durante la década de los 90: su aparato VCR (Vídeo Cassete Recorder).



P.D.: Aún no ha muerto, límpienle los cabezales de vez en cuando...



 

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